Me robaste un gesto, un abrazo.
Cercenaste emoción, silenciaste.
Te llevaste mi cálido sol,
Para dejarme prisionera en un iglú en el fin del mundo.
Vas y vuelves, todos los días.
A cada segundo.
Entras, te paseas, juegas...
Me miras, me sonríes.
Me derrites, me alegras.
Te vas...
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